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¡Vida mía!, en cualquier parte me descubres

y me haces infame ante la gente.


En todo lo que miran mis ojos estás Tú,

quieres volverme loco de amor sólo por Ti.


Yo soy tu enamorado y estoy sentado ante tu puerta,

inquieto por si abres esa puerta.


Desde que te convertiste en comprador, yo me vendí,

puedes hacer de mí una mercancía.


Me amas con toda el alma; sin embargo, me ignoras

en cualquier sitio, a cada instante, frente a todos.


Desfallecí en tu vecindad con el recuerdo de tu rostro,

quizá un solo aliento tuyo me resucite.


¡Oh “luz del alma”, alivio de mis penas!

Me perdí, dime dónde, dónde me encontrarás...

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