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LA ORACIÓN DEL SAMĀ

¡Oh Señor! No tenemos más Amigo que Tú,

no encontramos sosiego sino cerca de Ti.


Tú sabes el secreto del sufí,

Tú eres el auxilio del sufí.


¡Oh Señor! Danos una cabeza que no busque otra cosa, sino a Ti,

y danos una lengua que sólo hable de Ti.


¡Oh Señor! Danos un corazón apasionado por tu vecindad,

en el que nada haya, salvo el deseo de Ti.


¡Oh Señor! Tú sabes bien lo que queremos,

Tú eres libre de hacer todo cuanto Tú quieras.


Da pureza a este grupo interiormente enloquecido,

alimenta a este grupo de menesterosos de tu vecindad.


Llena sus corazones de alegría con la ebriedad por Ti,

para que así se puedan liberar de cualquier atadura de existencia.

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